2011, la que te voy a dar.

Toda una declaración de intenciones: 1 de Enero, 9:00 de la mañana, una figura asoma por la esquina del parque González Hontoria con la Avenida Alvaro Domecq. Una figura que pronto se nos hecha encima porque no anda, corre. Una figura que nos es conocida. Una figura que soy yo. Es la primera vuelta que le doy al parque, la primera del dia, y la primera del año, por cierto. Si me refiero al dia en sí será la primera de nueve, si me refiero al año será la primera de..... espero que muchas. Así de fácil. Leña al mono. El primer dia del año, a primera hora de la mañana, a cascarse 20 kms. Es decir, cuando el año sólo contaba once horas de vida, yo ya había corrido veinte kilómetros y pico, a más de un kilómetro por hora..... si mantengo esa media todo el año..... tranquilos, tranquilos, que es broma.

Ya se lo que estais pensando, ya, pero realmente, ¿quién está loco aquí?. Me cruce con al menos cincuenta personas en las casi dos horas que estuve girando alrededor del parque. De esas cincuenta personas, cuarenta y tantas estaban en unas condiciones en las que dar una sola vuelta corriendo alrededor del parque les hubiese acarreado las fatiguitas de la muerte en el mejor de los casos, e incluso a más de uno y una les hubiese supuesto directamente la muerte por fatiguitas. Eso sin contar a un grupo de unas quince personas que en la zona del botellódromo echaban por tierra la teoría de la evolución comportándose como auténticos chimpances al ritmo de la ¿música? que salía de uno de los autos que allí estaban aparcados. Ahora bien, nada de pitorreos y chanzas como otros años del estilo de: ¡¡¡vamos campeón!!!, ¡¡¡bien Fermín Cacho!!!, etc...., todo muy respetuoso y formal; yo a mis carreras y ellos a sus borracheras.

Pues así he empezado el año. Echando huevos al asunto. El 2011 ya sabe con quien se las va a tener que ver durante todo su mandato en el calendario. No pienso ser un súbdito resignado bajo el imperio cronológico de este veinte once de pacotilla, y no pienso dejarme arrastrar por sus leyes temporales que me hagan decir aquello de : "...es que no tuve tiempo....", "....no me apetecía...."

No os voy a desear feliz año, ni nada por el estilo. Os llamo a filas directamente. Os digo que os levanteis, no en armas, sino en entrenos. Buscad huecos. Desterrad escusas. Más valen 30 minutos de carrera que nada, mejor 1500 metros de agua que nada, 45 minutos de rodillo mucho mejor que nada.... moveos, corred, nadad, pedalead.... que el 2011 sea una batalla ganada y consigais vuestros objetivos, pero sobre todo no olvideis una cosa, disfrutad mientras entablais esta lucha porque eso es lo más importante de todo, disfrutar todos los dias de todos los entrenamientos.... ¿o no?.

Por cierto, no vuelvo a escribir una entrada en el blog después de ver la película 300..... jajaja.

Os dejé la pasada entrada con la panza llena después de haberme pegado un buen homenaje en el restaurante de un amigo para celebrar la buena carrera que nos salió en Los Palacios. El lunes siguiente aproveché para hacer una larga sesión de estiramientos y abdominales, y el martes nadé 2000 metros tranquilos. Y se acabó. Miércoles y jueves cero patatero.

El viernes el entrenamiento fue festivo. Rápidamente, ¿en que entrenamiento de hora y media desayunas dos veces mollete con aceite y café con leche, te comes diez pestiños y un rosco de vino, y te bebes tres copas de cava para echar todo eso hacia abajo?. Fácil. Subida al Boyar el dia de Nochebuena organizada por Sergio Rodríguez, donde lo más importante es reirse mucho y montar toda la pajarraca que se pueda. Y ahí estuve yo, yo y cerca de veinte, de ellos Pepín, José Luis y el propio Sergio en cuanto a gente del club se refiere. Total, que me puse mi gorrito de Papá Noel debajo del casco, le colgué un par de bolas de Navidad al manillar de la bici y le amarré con cinta americana una bandeja de pestiños al manillar también. En una hora diecisiete estábamos arriba. Frio del grande, con charco de agua congelada y todo, fotos y hacia El Bosque con más frio que Tarzán en Alaska. A ver si puedo rescatar las fotos del dia porque son muy buenas, pero ultimamente el móvil está para que me regalen otro..... ¿vale?. Por la noche colocón de Nochebuena, colocón del quince, bueno, del veinticuatro, que es Nochebuena, ¿verdad?.

Nuevo modelo de bote de la firma Spiuk, se llama Ssibarita´s.

Pepín ejerciendo de maestro de ceremonias.

A la salud de todos los que leeis este blog.

El domingo tocaba rodaje largo... fatiga larga más bien. Lucky, Kino, sorpresa y yo. ¿Sorpresa?, pues si señores; cuando aun el sol remoloneaba con el perfil que la sierra de Cádiz dibuja en el horizonte cada mañana, cuando todavía el nueve de los despertadores tenía una hora por delante antes de trabajar, cuando aun las luces de los coches transformaban las calles en árboles de Navidad móviles, cuando todavía...., vamos, que a las ocho a.m. la sorpresa fue el gran Loren que aprovechó la matinalísima para darse caña con un buen entreno a pie. Resumen corto del entreno, muy sencillo, en el kilómetro cinco ya había preguntado tres veces a los señores Garmin que cuanto llevábamos, ¿entendido?. Al final, con más dolores de los previstos, nos ventilamos los 24 kilómetros que nos tocaban, echándole la culpa a la media de Los Palacios, sin acordarnos ya de los excesos de la Nochebuena. Por cierto, para algunos, el villancico dice: "....hoy es Nochebuena y mañana vomitad....", ¡¡¡Aaaayyyyy!!!, que malo es lo malo.

El lunes pesas, circuito completo. El martes rodaje de quince kilómetros, ya bastante recuperado. El miércoles descanso por culpa, perdón, gracias al trabajo, que la cosa no está para quejarse. El jueves tocaron series, en total me salieron dieciseis kilómetros con cuatro dosmiles con muy buenas sensaciones. Además hechos con cabeza. El viernes aproveché que lo tuve libre y colé una segunda sesión de pesas más unos 2000 metros de agua. Y el sábado ya os he dicho que recibí el veinte once con una tirada de 20 kilómetros.

Ayer domingo, y después de casi un mes, volví a montarme en la de montaña para cascarme casi tres horas y media de ruta. La salida estuvo más accidentada que una corrida del Paula, y aunque no hay que lamentar males mayores, ni menores, si que tuvimos que hacer tres paradas obligadas por las circunstancias. La primera de todas la protagonizó Angel, que en una trialera por la que cogimos quiso emular al padre Mundina y hacerse con unas muestras de raices trialeras pero sin bajarse antes de la burra, resultado, sentado que me lo encontré con muy mala cara, con peor cuerpo aun, y con la horquilla de la bici mirando a Chiclana y el resto del ciclo mirando a Jerez. Afortunadamente no paso nada malo., que es bueno. Las dos paradas siguientes fueron protagonizadas por mi y mis pinchazos. Si en la de carretera pincho a menudo, ¿verdad Pepín?, como no iba a pinchar por el campo. Pues además con récord para el Guiness: las dos ruedas a la vez, sin llantazos, ni baches, ni nada raro, de verdad, lo juro. Aquí está el tio. El resto, y con la hora en el bombín, a darle caña y para los Jereles. Ultimo dato, desayunamos en un sitio con unas vistas impresionantes a la Bahía en Puerto Real, pero con el mollete más pequeño que he visto nunca. El molde del panecillo viene a ser como el retrovisor de una Vespa, para que os hagais una idea. Invitó Eduardo, queda dicho. La próxima debe ser mia, también queda por escrito. Lo dicho, un buen rato y un buen entreno

Los Maitines, ya me incluyo, después de arreglar los pinchazos..... y después de que Angel utilizara la bomba para otra cosa....