Terror en los Alcornocales III. El boquete infernal.

La semana pasada empezó fuerte. Era la última de un ciclo de 3 semanas de carga y tenía que echar toda la carne en el asador, como se suele decir. Así pues, el lunes empecé con una transición de 50 kms. en bici a ritmo medio y luego, aprovechando que el dia estaba nublado, alargué un poco la carrera a pie para irme a 1h:10´. Buenas sensaciones, aunque al final, la falta de tiradas largas a pie se notaron algo.

El martes tocaba agua. Hice 2700 metros variados. La verdad es que no tuve buenas sensaciones en ningún momento, pero bueno, ahí están hechos los metros.

El miércoles descansé de cara a los últimos dias de la semana que iban a ser los más fuertes.

El jueves era el dia "D" para saldar una vieja deuda con ciertas carreteras malagueñas. A modo de Conde de Montecristo, y tras más de un año clamando venganza, por fin este verano encontraba el momento de hacer justicia. Para tal cometido contraté al equipo "A". Alberto en plan Anibal Smith, conocedor del terrenoy diseñador de la ruta, Manumákina en plan Fénix, conquistador de camareras de la zona, M.A. Barrakus Alvaro pura fuerza en su hierro con ruedas y...., joder, me faltaba el loco.... pues no, ahí que apareció Manu Lobato, porque loco hay que estar para venirse al boquete sin haber echo sierra antes, que se apuntó el dia antes con su ya conocido: ¿Qué vais ahacer mañana?.....

Benaoján, 19/8/2010, 8:00 a.m. Aparcamos los coches, vamos a un bar de la zona a revisar el alicatado del cuarto de baño y a la guerra. Jornada fresquita después de las aguas de dias anteriores que hace que incluso Manumákina se lleve los manguitos, mejor. Empezamos con unos 3-4 kms. de subida para que el cuerpo supiese a lo que venía, y cuando empezamos a bajar para buscar la estación de Jimera de Libar primera maravilla del dia, en el boquete que es la estación de Cortes, aun a unos 10 kms. pero ya visible desde donde estábamos, una mancha de nata en el paisje debida a las nubes que lo cubrían por completo. Precioso. Indescriptible, de verdad.

Las nubes metidas en el boquete

Estación de Cortes. Nubes bajas.

Llegamos a Cortes, de ahí bajamos a la estación del pueblo metidos ya en plena neblina originada por las nubes de las que os hablé antes, y de ahí a subir el Espino. En principio todos juntos, Manumákina con problemas por el roce de una de las pastillas de freno traseras con cadencia lenta y metiendo vatios, Alberto explicando rutas y más rutas de bici de montaña, senderos a pie, que si aquí se come bien, que si aquí se duerme mejor.... Alvaro más contento que Billy Clinton en un congreso de becarias con sus dos nuevos amigos, el 24 y el 28 que había montado para la ocasión, Pitingo aguantando y yo esperando al boquete. Llegamos arriba y a buscar Algatocín.

La carretera desde Algatocín a Genalguacil la inventaron los romanos y desde entonces no ha ido nadie a actualizarles el programa. Es decir, aquello es un camino de campo por el que ha pasado una hormigonera soltando hormigón y alquitrán a su antojo. Bueno, no tanto, pero casi. Peligrosa bajada por los boquetes pero segunda maravilla de la jornada, durante 15 kms. que lleva esa bajada y la subida a Genalguacil no dejamos de respirar un aire mentolado, mezcla de tierra mojada y de pinos y eucaliptos que hace del trayecto una terapia respiratoria. Si me dicen que la fábrica de Sinus está allí me lo creo, la de Sinus y la de Pictolín. Subiendo a Genalguacil Manumákina y Alberto deciden tirar un poco y los aguanto casi toda la subida, pero las cuestas no son lo mio, y faltando menos de 1 km. los dejo por imposible y cedo unos 50 mts. Por detrás Alvaro a su ritmo pero entero y por último Manu Lobato ya con la caradel mismo color de la equipación del club pero llegando. Repostaje de agua, y a salir del boquete.

Vista desde Genalguacil.

-¿Selu, tú vas a venir por mi en coche?. Eso no se pregunta, hombre. Las fatiguitas de la muerte versión ciclista. La cosa se pone fea y a Manu Lobato le entra lo más grande en lo que a catálogo de canguelo se refiere, y empieza a plantearse la posibilidad de que yo vuelva a por él en coche.... tarari que te vi. Manumákina y yo hacemos de escoltas en una subida tranquila y no paramos de charlar para que al pájaro este de marisma le sea más fácil subir hasta Algatocín. Subimos, que no es poco. Nuevo repostaje y Manu Lobato se pone a arreglarse las calas que las llevaba mal; las calas y más cosas llevaba mal el artista. Salimos de Algatocín para encarar la última parte del recorrido, aun con subidas pero con la tranquilidad de haber pasado lo más duro y ¡¡¡PUMMM!!!. ¿Qué pasa picha?. A Pitingo se le ha pinchado la rueda trasera.... no, espera, a Pitingo se le ha pinchado la rueda trasera porque ha reventado la cubierta que por lo visto ya tenía un boquete..... toma del frasco Carrasco. Manu Lobato tenía la bici como nueva..... literalmente, porque desde el dia en que la compró no la ha vuelto a tocar para nada. Es decir, las civilizaciones alienígenas son para los científicos de la NASA lo que el mantenimiento para la bici de Manu, se sabe que tiene que haber algo por ahí, pero ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo?..... Remiendo de la abuela y vámonos que nos vamos. Ah!!!, por cierto, última perla, el colmo de los colmos, en pleno despropósito de pinchazo vil, nos dice Manu que no sabe quitar la rueda de la bici..... Ojú, Manu, porque te queremos, que si no....

Momento: -¡¡¡Trata de arrancarlo, Alberto, trata de arrancarlo, por Dios!!!

Bajamos a la estación de Jimera de Líbar y giramos a la derecha. Ya estamos ahí. Manumákina y Alberto estiran la cosa, y les aguanto unos kilómetros, hasta que no puedo más y los vuelvo a dejar por imposibles. Por detrás Alvarito y más descolgado aun Manu Lobato. Ultimos repechos y bajada a Benaoján. Poco a poco vamos llegando. Recogida y cierre. Hasta la próxima.... y nos veremos en La Sufrida, Benaoján.

El viernes, después de la paliza del jueves, tocó agua. Nadé 2500 mts. continuos tranquilo. No había ganas para más. Por la tarde, y aprovechando una jornada playero-familiar con cuñadas, sobrinos, suegra, tortilla de patatas, pimientos y cebolla, etc... me escapé para rodar 30 minutos tranquilos por la orilla de la playa de Cádiz. A pesar de la levantera fue una gozada; puesta de sol incluida, eso si que es deporte salud.

El sábado, para completar kilómetros de bicicleta tuvimos una salida larga. Fueron en torno a 110 kms. con Manumákina y Alvaro, que se están dando una tunda de cara al Desafio que yo creo que hasta se vuelven de Matalascañas en bici. El levante, que ya avisó en la jornada anterior, pegó de lo lindo, y junto a él, como no, su mejor amigo en Agosto, el calor. Si la semana pasada os hablaba de un termómetro "natural" como lo es el número de chicharras cantando por metro cuadrado, el sábado descubrí otro basado en la relación directamente proporcional que hay entre el calor que va a hacer un dia y la hora a la que me entra ganas de tomarme la primera cerveza del dia. Eran las 11:15 y ya tenía ganas de zumo de cebada, no digo más.

El domingo, y como broche a la semana, acordamos Alberto y yo marcarnos la "media" maratón de Berango con subida a la viña incluida. Nos salieron unos 18 kms. en 1h:37´. La verdad es que dado lo exigente del recorrido no está mal, y más aun teniendo en cuenta el invierno que hemos pasado los dos, él con su "embarazo" de gemelos y yo con el mio de isquios, pero en la carrera a pie del Titán voy a sufrir más que Nemo en la Laguna de Torrox.

La semana que viene se relajará algo la cosa, y habrá un tri olímpico de entrenamiento, y..... pero eso ya os lo contaré la próxima semana.