....en medio de la penumbra, tendida sobre la cama, una figura sudorosa se estremece entre sollozos. En un vaivén continuo acompasado por pequeños gemidos, nuestro protagonista pugna entre la vigilia y el sueño mientras moja con su sudor las sábanas de la cama que se le adhieren al cuerpo como si fuesen de papel dibujando una cordillera imposible sobre la cama. Los sueños son las peores realidades que vive el hombre, y en su caso puede que sea la peor de toda su vida. Por momentos ese movimiento sobre su lecho se convierte en una serie de espasmos que convierten a nuestro hombre en una grotesca figura de pim pam pum sumida en un vértigo sin final del que solo el fatal desenlace de su pesadilla va a rescatarlo. Como si un resorte lo escupiese de la almohada, en un abrir y cerrar de ojos se yergue sobre su cintura quedando sentado en la cama. Su respiración agitada araña el silencio de la noche, lo desgarra. Un instante eterno mirando la oscuridad y se levanta. A ciegas sale del dormitorio. Ahora anda por el patíbulo infinito del pasillo de su casa camino al salón. Su respiración sigue siendo acelerada, y bañado en sudor, sus manos van palpando las paredes de esa angosta especie de milla verde que lo conduce hacia su cometido. Las huellas de sus pies quedan señaladas en el suelo de terrazo debido al sudor que ya le cae por las piernas, dibujando un camino fantasmal que ora se viene a la derecha ora se viene a la izquierda. Lo ha soñado. Sabe que debe hacerlo, de lo contrario la pesadilla nunca terminará. Por fin llega al salón. A través de las cortinas se filtra la luz de la farolas que a lo largo de la calle forman una interminable fila nazarena y que van a ser testigo mudo del desenlace que liberará a nuestro hombre del yugo tormentoso que lo somete. Con paso lento, aferrándose a todo cuanto encuentra en su camino, cruza el salón hasta llegar junto a la chimenea, allí se agacha y empieza a palpar de forma nerviosa una pequeña pila de leña en busca de algo. El brazo prácticamente ha desaparecido en ese montón de madera destinada a ser cenizas cuando se para, ha encontrado lo que buscaba. Lentamente invierte el movimiento, y ahora empieza a sacar el brazo de la pila de pequeños troncos, en la mano lleva una pequeña hacha, minúscula de mango si la comparamos con la hoja, una hoja afilada del tamaño de la palma de la mano de un hombre adulto. Se vuelve a poner en pie, se gira sobre si mismo y se acerca a una figura que se halla al final de la habitación. Allí está, quieta, descansando. Su silueta se dibuja aumentada en sombras a lo largo de la pared más grande del salón. Así resulta aun más tenebrosa para nuestro hombre. Despacio, sin hacer ruido, levantando un poco el brazo que porta el arma a cada paso que da se va acercando a su víctima. Cuando apenas está a un metro de ella el brazo ya está completamente arriba. Todo sucede en un instante. En un repiqueteo interminable el brazo sube y baja sobre su víctima con toda la furia que lo atormenta. Saltan lascas, se cortan los cables, el cuentakilómetros vuela por los aires, y nuestro protagonista repite una y otra vez:...."me cago´n la bicicleta de montaña y del que la inventó".....
Oye, ¿qué pasa?, ya que no lo hago en la realidad al menos puedo darme el gusto de escribir algo entre Stephen King y Dan Brown y cargarme de manera ficticia ese ingenio del diablo que es la bicicleta de montaña, ¿o no?. ¿Qué a que viene esto?. Mirad, el pasado domingo participé en el Duatlón cross solidario que se organizaba aquí en Jerez a beneficio de Down Jerez y Rolucan. Era la primera vez que participaba en una competición con la bicicleta de montaña, y con el bagaje de salidas invernales por carriles que había hecho este año me colé en la salida. Esto es como si tras estar un verano dando paseos de una hora por la arena seca de la playa me apunto a correr el maraton de Sables..... hombre, en cuanto a distancia la comparación es un pelín exagerada, pero en ambos casos el resutado es el mismo, bueno, cambiando los tiempos verbales, porque en el supuesto de la carrera africana me comería un mojón, condicional simple, y en el duatlón solidario me lo comí entero, "pa" mi solito, esto es participio simple o pasado rotundo, "ojú que doló".
La cosa empezó tempranito, y con los primeros rayos de sol ya estaba echando un cable en la organización de todo el aparato logístico que rodearía a la prueba. Que bien dicho, picha. Montamos la zona de boxes, colocamos la pancarta del club, echamos un cable con esto, otro cable en aquello, y hasta hice de juez en la entrada de las bicis en la zona de boxes. Claro, toda esta actividad mermó mis facultades y a la postre no pude luchar por la victoria..... con que se lo crea uno me vale, ¿eh?. Total, que a las 11:00 más o menos estábamos con todo listo y todos listos para empezar a correr. Salvi, que se ve que siempre a querido trabajar en Cabo Cañaveral dando la salida de los cohetes que se van al espacio exterior con poco espacio en su interior, emuló a la máquina esa que allí tienen y que del 10 al 1 va disminuyendo proporcionalmente a razón de un número por segundo hasta llegar al cero, en su caso creo que dijo ¡¡¡ya!!!, mucho más castizo y más nuestro, y venga, todo el mundo a correr.
La primera parte de la carrera son 2 vueltas a un circuito de 3 kms. en continuo sube y baja. Imaginaos que os amarran a uno de los coches de una montaña rusa, pues eso; bueno, eso sería mejor porque al menos habría una cuerda que tiraría de uno mientrás se sube, pero allí ni eso. A pesar de los pesares la cosa no fue mal a pie. La carrera en sí me la iba a tomar tranquilo, esto es cierto al cien por cien, y salí algo retrasado para ir poco a poco subiendo posiciones, buscando un trote alegre y poco más. Así completo los 6 kms. del primer sector y llego a la bici. Me pongo el casco, cambio de zapatillas, y miro a la bici, ella me mira a mi, me subo en ella, y a la guerra.
El segundo sector es donde me di cuenta de lo que me di cuenta. Yo llevaba una bicicleta de montaña y los demás llevaban una bicicleta de montaña.... rusa. Las fatiguitas de la muerte. A mitad de la prueba estuve a punto de protagonizar un abandono por canguelos que se llama. Lo pasé mal, de verdad, y lo peor de todo es que por lo visto no era para tanto. LLegué a un punto en el que hasta me bajaba de la bicicleta en los descensos. Moral comida, totalmente. No podía hacer nada, tenía fuelle, pero es que no podía pedalear. Lo único que hacía era frenar, frenar y frenar. En el fondo la culpa la tengo yo, que en 5 meses no he ido ni un solo dia a reconocer el terreno, y así me fue, Jhon Wayne era Jhon Wayne, y yo soy yo. Aun así tuve mi momento Selu- suelo en un giro en el que, parado literalmente, el pie no salió de la cala. Horroroso. Añadidle el continuo chirrido de la bici que tenía barro de la última salida.... hace un mes, y que el aceite más cercano que ha visto la burra ha sido un lamparón de bonito en un pantalón que tengo. Aun así llegué a la transición. Solté la bici, volví a cambiarme las zapatillas y a correr.
El último tramo tampoco lo hice mal. La verdad es que tampoco era para tomárselo muy a pecho, pero bueno, al menos adelanté a 3 o 4 que iban corriendo como yo en la bici. Al final me esperaban Mar y los niños con los que entré en meta..... la última vez que lo hice fue en el Titán después de haber cuajado una buena actuación, pero el domingo, si en vez de darme la mano me hubiesen tirado tomates lo habría comprendido. A pesar de todo una gran experiencia, el año que viene repetiré, y como se dice en estos casos.....el que rie el último.....
Por cierto, un fuerte abrazo para Tragabuche y Triatlón Nazareno que también estuvieron en la prueba. Para el primero mucho ánimo y fuerza, que por lo visto hay alguna cosilla por ahí que no funciona pero que seguro que tú solucionas con tu espíritu y tu simpatía.... tio, no nos dejes. Nazareno, encantado de conocerte. La verdad es que fue un placer que espero repetir. Mucha suerte a los dos en Ronda y échale un cable al Traga, hombre. Mención especial también para el tricaletero, que parece la Santísima Trinidad porque lo mismo está en Marbella haciendo el Ican, que aparece por el Titán con un megáfono, que viene al Ducross a saludar a la gente y darnos ánimo. Oscar, eres un mákina, el año que viene yo me sacrifico y te presto la bici para que hagas el duatlón por mi.....¿qué?.
Enhorabuena, Selu, y no es coña. Tener el coraje de seguir cuando las cosas no salen bien, y ser capaz de acabar contra viento y marea tiene más mérito que cuando te dejas llevar por la corriente a favor.
ResponderEliminarUn abrazo, a ver si te animas el sábado y te pasas por Sevilla y nos vemos.
jejeje Selu no te has planteado pasarte de escritor de blog a la novela de suspense? me he acojonoaoo..! No te preocupes, lo importante es que llegaste sano y salvo a meta. Un saludo, yo también repito :D
ResponderEliminarDos cojones ... Selu... porque yo con la de montaña soy igual de inutil y me cago patabajo en los carriles con cuestas. Eres un valiente !
ResponderEliminarjajajajajaja igualito que yo en montaña picha.
ResponderEliminarHace dos años en el triatlón de ubrique salí 1º del agua, y luego 20km a pie con las zapatillas de bicicleta y empujando la bici jajajajajajaj
Un abrazo
jajajajajajja! y que te esperabas de la sierra san cristobal!! selu que tu ya eres perro viejo... jajajaj!
ResponderEliminarenhorabuena no todo el mundo aguanta el tirón como tu eh!
No seas marikitaa que el kino este sabado se ha marcado el recorrido entero de la Ducross sin pestañear..... De todas formas aun asi no lo hiciste nada mal, tu eres demasiado exagerado, no obstante ya tenemos rutita rapida/variada y sobre todo dura para entrenar un par de horitas los findes.
ResponderEliminarEres único, Selu, un puto crack, que risas me echo con tu blog; ha merecido la pena esperar la entrada.
ResponderEliminarEchale paciencia a la burra que a la larga cuando cojas un poco de técnica, la disfrutarás más que a la flaca.