Poesía del taper.

Con siete dias de espera,
siete dias, todo un mundo,
empiezo a estar iracundo,
y la impaciencia se adueña de mi.
Todo el trabajo está hecho,
de correr estoy bien harto,
más largo ha sido que un parto,
pero ya está cerca el fin.



Desde Octubre, cuatro meses,
todos ellos madrugando,
chaparrones aguantando,
y entrenando, sí o sí.
Y todo lo que empieza, acaba,
por fin estoy en capilla,
y la maratón de Sevilla,
más cerca que yo de mi.




Todo eso es lo que siento,
y aunque ya estoy aflojando,
algo sigo entrenando,
y eso mismo os cuento así:
Esta pasada semana,
la comencé descansando,
ni corriendo, ni nadando,
ni montado en el sillín.


El martes recuperado,
un progresivo corriendo,
señores me estoy saliendo,
que a cuatro me sale el mil.
Y os lo juro que no miento,
ese ha sido el resultado,
solo un mil he realizado,
pero a cuatro, eso si.




El miércoles hice pesas,
y la vista trabajé,
y ahora os diré el porqué,
de tan curioso trabajo.
Ni biceps, triceps ni nada,
lo que más hice son ojos,
cintura haría si cojo,
a la morena que vi.



El jueves leña al rodillo,
los pedales al poder,
tan harto estoy de correr,
que solo quiero a mi bici.
Un idilio sobre ruedas,
que origina un sinvivir,
y aunque ella me pone a mil,
yo solo la pongo a treinta.






El viernes tocó otro trote,
troto tanto, tanto troto,
que hasta la cara de potro,
se me va a poner a mi.
Ya no hablo, ya relincho,
con tanto trote maldito,
lo único bueno es que el pito
también es de equino, que sí.




El sábado, sabadete,
bicicleta de montaña,
cuatro horas dando caña,
cuatro que valen por mil.
Pero caña, caña buena,
la que pega mi parienta,
la "joia" siempre atenta,
y si tardo, ¡¡Ay!! de mi.


Para cerrar la semana,
entreno de nuevo a pie,
ya llevo lo menos cien,
pero eso ya no importa.
Que el domingo se acabaron,
por fin los rodajes largos,
los entrenamientos amargos,
-¡¡Sevilla!!, ya estoy ahí.


Ahí, ahí. ¡¡¡Ay!!! de mí,
que lo peor, os lo juro,
no es la fatiga ni el muro,
es decir esto de aquí:
-Este domingo yo corro,
este domingo, cariño,
tú te quedas con los niños,
y yo, ¿qué te pasa?, ¡¡Ay!!, ¡¡Ay!!, ¡¡Ay!!.


Gustavo Adolfo Beke-le.




¡¡¡Eahh!!!. Aquí teneis la entrada de esta semana. Había pocas ganas de escribir pero al menos he querido dejar algo original. Un saludo.