TRIATLONREAL: TRABAJO, MUJER, HIJOS....

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10:50. FULL ICAN MALLORCA. TRABAJO DE EQUIPO.

domingo, 9 de diciembre de 2012

MARATON MTB LA VALIENTE.

En capítulos anteriores..... Así empezaban algunas series americanas, sobre todo, de la década de los ochenta e incluso de los noventa, cada capítulo. Te soltaban un rápido resumen de lo más importante que había sucedido en las anteriores entregas de la serie, y a continuación empezaban con el capítulo en cuestión.  Ponerse al dia sería complicado, además de largo y aburrido. Como mi vuelta al blog coincide con la crónica de la prueba que sirve de título a la entrega de hoy, me limitaré a hilar un breve memorando de lo que ha pasado desde la última entrada y que enlaza bastante bien con el hecho de que ayer en Santiponce me lo pasase pipa corriendo los 102 kms. de la ruta larga de la maratón de mtb La Valiente, la Sufrida por Andex.

En Septiembre me hallaba yo en la nube. No la de Movistar, sino la de la preparación para el Trisur. Tras un verano algo irregular y con bastante trabajo, más debido a los ajustes de personal que a otra cosa, en Septiembre me encontraba bastante bien a pesar de todo. El triatlón de Chiclana supuso un empujón de moral, y a mediados de mes pensaba en dar los últimos retoques a la preparación y dejarme ir hasta el 13 de Octubre, fecha en la que se disputaba el Trisur, Y he te aquí que el dia 23, viernes, pensaba en hacer la última tirada larga antes de la prueba, y a partir de ahí ir reduciendo el volumen máximo a pie hasta la prueba. 1h:15 a 4:30 y punto. Y así fue, solo que el punto fue punto y final a mis expectativas en el Trisur. Una tendinitis en el tendón de Aquiles dio al traste con todo el trabajo del verano. Aun había 3 semanas de por medio, pero tras una semana en el dique seco, y a pesar de la mejoría, ver que aun cojeaba al andar a los 7 dias de la aparición de la lesión hizo que descartase la carrera a pie en la prueba y solo pensase en hacer la natación y la bicicleta. El resto no importa.

La recuperación desde entonces ha sido lo más importante. Para ello he seguido el patrón del paciente con paciencia, esto se resume así: "ya no me molesta andando, y los ejercicios los hago también sin dolor, pues eah!!!, otra semana más sin correr por si acaso". Precaución.

Los corredores lesionados son los seres más impacientes del globo. Y además los que más se testan. Autotestan diría yo. Con tres dias de lesión ya piensan en probarse un poco. Y al doctor van con estas de " si me doblo de este lado y corro de puntillas y con un florero en la mano no me duele pero si......" paparruchas. Y hablo en tercera persona y con conocimiento de causa por el mismo motivo, yo he sido así. Sin embargo, con los años me he dado cuenta de que la prueba más importante que hay que preparar cuando uno está lesionado es la de su curación.

Los triatletas lo tenemos fácil, muy fácil. Siempre, o casi siempre, vamos a poder pensar en algo que nos distraiga de esa dichosa dolencia, algo que nos sirva para paliar esa impaciencia y nos permita evadirnos de esa sensación de que el tiempo pasa lento y nunca es suficiente para terminar de curarnos. Así lo hice yo, jugué mis cartas, y aposté por prepararme una prueba de mtb a primeros de Diciembre, fecha en la que pensé que iba a poder volver a entrenar la carrera a pie, pasando así Octubre y Noviembre pendiente de los pedales y ajeno a las zancadas.

Así llego al dia 1 de Diciembre. Ya llevo 2 semanas flirteando con la carrera a pie, llegando incluso a rodar 35 minutos el pasado jueves con el patrón 3x(2´andando a 6km/h + 3´ trotando a 8 km/h + 3´a 9 km/h + 3´a 10 km/h). Es decir, he adelantado 2 semanas el inicio de la carrera a pie, pero afortunadamente la cosa marcha. Voy muy despacio, pero bueno, así debe ser. El objetivo es poder rodar 12 km/h en una hora el dia 1 de Enero sobre tierra. Me iré por los carriles de las viñas. Y así saludaré al 2013 y su puta madre. Esto último más que nada por si las moscas. Lo de la madre del 2013, digo. La inercia. Tras 5 años diciendo el 31 de Diciembre: "menos mal que se fue ya el 20-- con su puta madre", pues uno se espera que el siguiente también sea de madre de las que comercian con su cuerpo.

Tras un mes y medio donde 2 sesiones de técnica de unos 1500 mts., 2 sesiones de pesas, y 3 dias de bici han sido el patrón de entrenamiento, me encajo en Santiponce para enfrentarme a los 102 kms. que forman el recorrido de la prueba. Dos sesiones semanales de 1:30 de ciclo indoor y una salida larga de unas 3 - 4 horas, todo bastante bien trabajado deben ser suficientes. 

Las últimas semanas habían sido bastante propicias climatológicamente hablando. La semana pasada ya pude comprobar que los carriles se habían secado bastante con respecto a las lluvias de Octubre y principios de Noviembre, y todo hacía prever que la prueba sería una gozada en cuanto a que sus exigencias técnicas no eran muy altas si bien, su perfil si en continuo sube y baja si que iba a exigirme lo suyo, pero con piso seco todo sería cuestión de poner cadencia hacia San Pedro, y apretar hacía los infiernos.

A las 9:00 ya estoy en la salida saboreando el ambiente. Los Cantores de Híspalis por megafonía. Un popurrit. El enamoramiento de la gata Robustiana y Mizifú, la prensa, a bailar.... todo muy de Santiponce. Los comentarios son de que las lluvias del dia anterior lo han dejado todo bastante embarrado, y que la cosa para los de la ruta larga va a estar simpática. Afortunadamente acertaron lo mismo que yo con el cupón del viernes, nada. A las 9:15 empezamos. Y a las 9:20 me paro para subir el sillín un par de centímetros. No iba cómodo. Una pena. Aunque el tramo competitivo era más adelante, mi objetivo era tardar lo menos posible en el total de la prueba. Y aunque salí delante, esa parada tan pronto hizo que me pasase mucha gente en los primeros compases, sufriendo luego el esperado tapón, siendo más difícil recuperar puestos. Desde las primeras pedaladas pude comprobar que el terreno no estaba tan mal como se aventuraba, y con una cadencia alta, siempre entre 130 - 140 pulsaciones, me dispuse a disfrutar de la prueba.

El recorrido es sencillo pero exigente. No es muy técnico. No tiene zonas pedregosas en exceso, ni saltos, ni  pendientes pronunciadas en bajada, pero es un continuo sube y baja. Desde el principio hasta el final. La táctica era clara, entrenar fuerte pero de forma controlada. En los repechos cadencia, desarrollo fácil. A pesar de ello, el hecho de no bajar la guardia hace que el pulso se mueva en torno a 160 -165 en esas zonas. Una vez arriba bajar la cadena y darle cera al asunto. Me ha venido muy bien la prueba porque el orgullo personal es siempre un gran motivador, y bastaron un par de repechos en los primeros kilómetros adelantando a un grupo de 4 unidades que en los descensos me pasaban a mi para que me dijese: "o dejas de tocar el freno de los cojones en los descensos o nos vamos a casa". Y adiós al grupo. Oye, y mucho mejor a partir de ahí. En los repechos pasaba a mucha gente con desarrollos duros pegando cabezazos y bandazos como si estuviesen echando un polvo sobre la bici. Me chocaba tal extremo, ya que la mayoría tenían pinta de ser avezados ciclistas de las ruedas gordas, pero a lo mejor por eso mismo el tercer plato para ellos es "solo" cosa de grandísimas dificultades. lo cierto es que yo cada vez que podía lo metía y adelante. El protocolo era fácil. Lanzado en el llano apretaba un puntito en la base, aprovechaba la inercia, e iba bajando piñones progresivamente acomodados a una cadencia muy ágil. Arriba llegaba fresco y a darle fuerte hacia abajo una vez superada la fase de la cagancia.

Así fueron pasando los kilómetros. La única pega del dia vino en los 2 pinchazos que sufrí en la zona cronometrada del recorrido. El primero por el terreno, y el segundo por las prisas al cambiar la cámara. Tiene toda la pinta de, o bien pellizco al montarla, o bien que no reparé en comprobar la cubierta en el primer caso. Afortunadamente solucioné rápidamente ambos cambios cambios de cámara y de nuevo a la guerra.

En 5 horas peladas de tiempo real llegaba a meta. En ambas paradas por los pinchazos detuve el crono y cuando llegué de nuevo a Santiponce ese era el tiempo que marcaba el Polar. 144 pulsaciones de media, lo cual está muy bien para las alturas de la temporada en las que nos encontramos, algo cargado el vasto interno de la pierna izquierda, pero contento de haber hecho mi primera maratón de mtb. Y seguro que no será la última.

http://www.lasufrida.net/amilasufrida/?page_id=573